Por Luis Fernando García Forero. Foto: Ecos Media.- En la Provincia de Vélez, en el Departamento de Santander, se encuentra el Municipio de Sucre, una región que vivió intensamente los rigores del conflicto armado.

La historia cuenta que la población fue atacada por la guerrilla en cinco ocasiones, situación que dejó huellas: huérfanos y  desplazamiento.

Ecos Políticos visitó esa localidad en las bravas tierras de Santander y logró establecer que Sucre vive en paz. Se adelantó al Posconflicto, según lo dice al Alcalde Javier Rojas Quitian.   

ECOS: ¿Nueve meses de administración, qué balance tiene sobre su gestión?

JR: Hemos desarrollado nuestro plan de gobierno que ofrecimos desde la campaña. Partimos de una premisa: desarrollo con sentido humano. Esto incluye generar desarrollo en la región y calidad de vida de los habitantes del municipio, a nivel urbano y rural. Implementamos el valor de la amistad, humanismo  y el urbanismo que debe impulsar una alcaldía hacia la comunidad. 

ECOS: ¿Cuáles son las necesidades más primordiales de los habitantes del municipio?

JR: Necesitamos conseguir recursos frescos y adicionales para lograr superar las necesidades en materia de infraestructura, en vías y ofrecer un mejor servicio en las áreas de  salud, educación, en desarrollo agropecuario, pero desafortunadamente los recursos no nos alcanzan.

ECOS: ¿Tocando puertas a nivel departamental y nacional para lograr recursos?

JR: Le dije en campaña a la población que no sería un alcalde de escritorio. Debo confesar que no me aguanto en este escritorio más de tres días acá, creo que pierdo el tiempo. La parte técnica y el desarrollo administrativo avanza con los secretarios de despacho, mis colaboradores en la administración son unos profesionales muy idóneos y eficientes. No me puedo quedar esperando que me lleguen recursos, debo ir a gestionarlos a nivel departamental y nacional.

ECOS: ¿Tiene acercamiento con las comunidades?

JR: Sí claro. Tengo claro que la labor del alcalde es estar buscando los recursos para brindarle soluciones a la gente. El alcalde es un ciudadano y funcionario más del municipio y, por ende, debe procurar darle soluciones a las necesidades de la gente.

ECOS: ¿Cómo cree usted que lo ven los habitantes de este municipio?

JR: Más que un alcalde, un amigo, un campesino común y corriente que tuvo la oportunidad, con mucho sacrificio, de prepararse y lograr ser el alcalde de los sucreños. Con toda la fuerza y el interés de tener iniciativas y el deseo de sacar adelante al municipio, pese a las dificultades que tienen los entes territoriales en el país. Me ven como un alcalde que está trabajando con las Juntas de Acción Comunal, arreglando vías, impulsando el desarrollo rural y dando herramientas a la población para que se les mejore su calidad de vida.

ECOS: El tema de la paz se ha tomado la agenda del país, Sucre es un municipio que sintió el impacto de la violencia. ¿Cómo se ha sentido el tema de los Acuerdos de La Habana, qué repercusión ha tenido?

JR: Sucre a través de la historia ha tenido que vivir el conflicto y poner muchas víctimas. Actualmente conozco varias personas que fueron mutiladas por minas antipersonas, quedaron muchas huérfanos porque la guerra les arrebató sus seres queridos. Sucre por las mismas condiciones geográficas y la riqueza de sus tierras fue un municipio donde se sembró mucha coca, tuvimos ese flagelo, pero gracias al acompañamiento que el Estado nos ha brindado, esa situación se ha ido superando. Debo decir que Sucre está en el posconflicto hace  ya un par de años.

ECOS: ¿Por qué lo dice en forma tan contundente?

JR: Afortunadamente hace años que no vemos presencia de grupos armados, dejaron el territorio. La siembra de cultivos ilícitos, me atrevo a decir, está casi erradicada en un 95%, pues si hay algunos cultivos, deben estar muy ocultos y por la geografía del municipio hay algunos lugares muy difíciles de llegar.

ECOS: ¿Por qué Sucre ya vive el postconflicto?

JR: A Sucre lo ayudó mucho el Programa Familias Guardabosques. Se cambiaron los cultivos de coca por mora, cacao, lulo.  

ECOS: ¿Ante ese panorama cómo ve las expectativas frente al proceso de paz?

JR: Las expectativas son muy grandes. Como alcalde y ciudadano nos merecemos la oportunidad de vivir en paz. Nuestros hijos merecen la oportunidad de no ver más en las noticias que están masacrando soldados, que secuestran. Ya es hora de cambiar. Nuestra generación es insensible frente a la violencia, en parte perdimos la sensibilidad, escuchamos una masacre y no le ponemos atención a semejantes atrocidades. Nuestros hijos se merecen la oportunidad de vivir en paz.

ECOS: A pesar de la violencia  que vivió la región, no quedó incluido en los municipios del Postconflicto?

JR: Una lástima. A pesar de esto esperamos que los recursos que ya no van a ir a la guerra a nivel nacional, lleguen para apoyar el campo. No queremos que nos regalen sino que nos den la oportunidad de tener una buena carretera, una buena vía, porque no la tenemos, por eso no podemos sacar nuestros productos.

ECOS: A pesar de esas dificultades están regresando los desplazados que tuvieron que abandonar esta región precisamente porque se erradicó la violencia en esta zona?

JR: La tranquilidad ha hecho que muchas familias regresen, sobre todo a los corregimientos. También se debe a la economía y tecnificación que ha tenido nuestro campo. Nuestros corregimientos, La Granja, La Pradera, Sabana Grande, que fueron zonas violentas, ahora son una despensa impresionante de mora. Eso ha generado empleo y mejorado las condiciones de vida de la población.

ECOS: ¿Se ha reactivado el campo? 

JR: En eso estamos, a pesar de la ausencia del Gobierno Central. Por ejemplo, es muy difícil conseguir un jornalero, porque casi todos los campesinos se han vuelto empresarios. Entonces vemos el campo como una empresa, nuestra empresa es nuestro negocio. En Sucre el campo ya no es sinónimo de pobreza, que es quizá un común denominador en Colombia. Y en eso nos ha ayudado el agua porque es la zona con mayor riqueza hídrica del departamento, pero sentimos la ausencia y ayuda del estado para mejorar aún más nuestras condiciones de vida.

ECOS: Qué otros aspectos quiere incentivar desde el punto de vista agropecuario?

JR: Hemos tenido el apoyo del Sena Regional, eso nos ha ayudado mucho. Quiero implementar cultivos nuevos como el durazno, la fresa. Quiero invertirle mucho al campo. Ya hemos visto el resultado de lo que está pasando con la mora, no solo la cantidad que sale de esta región, sino la calidad y que se la pelean en los abastos.

ECOS: Lamentable lo de las vías…

JR: Es el dolor de cabeza del municipio de Sucre y sus corregimientos. El mismo Gobernador Didier Tavera lo reconoce. Le pregunté  por qué es pecado invertir un peso de pavimento en Sucre, ojalá nos colabore, porque nos puede perjudicar la ola invernal que estamos viviendo. No voy a descansar hasta no ver aunque sea cinco kilómetros de nuestras vías pavimentadas. La verdad es que en ese sentido si hemos sido muy olvidados, no hay derecho y es una molestia que la hemos transmitido en todos los niveles, principalmente en el orden departamental. Aunque ya con la vía pavimentada hasta Jesús María es la bendición más grande que nos ha podido pasar.

ECOS: ¿La paz implica tener buenas vías?

JR: La clave y el desarrollo de una región es tener muy buenas vías, desde ahí nos van a empezar a llegar los demás servicios que necesitamos. En Sucre lo que intentemos cultivar se nos da, pero lo que nos frena el desarrollo y sacar los productos son las vías.

ECOS: ¿Una región con un potencial geográfico que enmarca paisajes especiales para el turismo?

JR: Tenemos todas las condiciones geográficas  para un turismo natural. Visitar los ríos, las cuevas, las montañas inmersas de agua, que no tiene nada que envidiarle a Europa u otras zonas turísticas de Colombia. El turismo es una meta que está plasmado en nuestro Plan de Desarrollo y por eso lo estamos promoviendo con ciclo paseos entre corregimientos. Pero insisto, el problema son nuestras vías de acceso.

ECOS: Qué piensa hacer para que los jóvenes no emigren, se queden e incentiven el campo y el desarrollo del municipio?

JR: Es una preocupación que tenemos. Uno no se va a quedar pobre ni ignorante por quedarse en el campo. Estamos ofreciendo con ayuda del Sena posibilidades de formación a los jóvenes sin tener que desplazarse a Bucaramanga o a Bogotá. Soy de los convencidos que a raíz del proceso de paz y del Posconflicto no hay un sector económico que se perfile más en Colombia que el  agropecuario y de eso el Estado es consciente, por eso está empeñado en fomentar estrategias como la de Colombia Siembra que va a ser exitoso. Hoy en día una familia en Sucre con una hectárea vive bien, porque estamos en la era de la tecnificación de los cultivos y eso nos está generando buenos resultados y mejores condiciones de vida. Ya no esperan que el alcalde le dé el baño y la teja sino que el mandatario local tiene la responsabilidad de lograr pavimentar la carretera o arreglar el colegio.

ECOS: El progreso de Sucre depende del desarrollo de sus vías y el de la seguridad rural porque tenemos entendido que los campesinos esperan que al hacer sus siembras sus cosechas no se las van a robar  o que sean extorsionados o vacunados por grupos al margen de la ley. Estamos a pocos días del plebiscito, cómo está preparado el municipio y qué invitación le hace a sus coterráneos para ese importante evento de participación ciudadana y que define el futuro de Colombia?

JR: Ya le decía,  nosotros estamos en el Posconflicto desde hace varios años. No falta el que se lleve una vaca o una gallina, pero eso es como lo normal. La invitación como ciudadano y como alcalde, es que salgan a votar, nos merecemos esa oportunidad. Quizá hay algunas cosas que debemos aguantarnos, el mismo Presidente Juan Manuel Santos lo dice: tenemos que tragarnos muchos sapos. Entendemos que es un proceso de negociación y que uno lo hace es con el enemigo. Es un adelanto muy grande haber logrado sentar al Gobierno y a las Farc a hablar sobre sus diferencias. Eso es difícil. Pero mi voto será afirmativo por los Acuerdos de La Habana.

ECOS: ¿Cree en la paz de Colombia?

JR: La paz no es un documento sino un estado del alma y no puedo estar en paz si estoy peleando con mi esposa, con mi hermano, con mi amigo.  La paz es un estado y nos toca vivirlo a cada uno. Estoy de acuerdo con lo pactado y mi voto será por el sí, por eso invito a los ciudadanos a que salgan a votar porque es un compromiso moral apoyar esta iniciativa del Gobierno que en hora buena llega a Colombia para desarmarnos y de pensar en la necesidad de la reconciliación.

 

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