Con esas palabras, el exparamilitar Rolando René Arévalo Zapata, cumplió con la orden judicial de pedir perdón y expresar arrepentimiento ante las víctimas por los hechos violentos cometidos en Zona Bananera.

Con esas palabras, el exparamilitar Rolando René Arévalo Zapata, cumplió con la orden judicial de pedir perdón y expresar arrepentimiento ante las víctimas por los hechos violentos cometidos en Zona Bananera.

En medio de un encuentro de sentimientos simultáneos, casi incomprensible: dolor, tristeza, ganas de llorar, rabia, expectativa, deseo de perdonar y esperanza de que los hechos violentos que los convirtieron en víctimas del conflicto no vuelvan a pasar, cerca de 150 personas acudieron a la cita, organizada con base en un fallo judicial, en el Centro de Encuentro Ciudadano de la vereda Orihueca, en el municipio de Zona Bananera, departamento de Magdalena.

De esa manera, enfrentaron el acto de petición de perdón del exparamilitar Ronaldo René Garavito Zapata, exintegrante del frente William Rivas del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que le fue ordenado el 11 de julio del 2016 en un fallo del Tribunal Superior de Barranquilla.

Garavito, quien entre los años 2001 y 2006, cuando era conocido por sus alias “Care Niño” o “Nicolás”, les ocasionó a los pobladores de la región inmensos dolores a punta de homicidios, desapariciones, desplazamientos, secuestros, amenazas, entre otros hechos violentos, también llegó compungido, nervioso, pálido, sin mirar de frente a nadie y leyó un texto delante de todas las personas asistentes.

Después de ver el video en el que las víctimas recordaban hechos tristes y le solicitaban arrepentimiento sincero, petición de perdón de corazón, dignificación del nombre de sus familiares, garantías de no repetición, Garavito leyó el escrito que dijo haber elaborado él mismo, en el que estaban las siguientes frases: “Reconozco el daño causado, les pido perdón por el dolor, por el llanto, por el sufrimiento y los grandes problemas que les hubiese podido ocasionar; cada uno de esos actos fue un error”.

Acerca de su arrepentimiento dijo: “Estoy arrepentido por afectar la vida de muchas familias, me arrepiento de no haber pensado en el dolor de las mujeres, niños, niñas, adolescentes, hombres, que al no tener a su ser querido padecieron muchas necesidades económicas y afectivas; yo creía que luchaba por unos ideales, pero hoy entiendo que realmente solo sembraba temor, sufrimiento y muerte”.

Después tomaron la palabra varias víctimas, algunas con reclamos, otras con una profunda expresión de perdón, y en ambos casos generaron respuesta del exparamilitar, postulado en un proceso de Justicia y Paz.

“¡Dígame de quién es la culpa de que me hayan quitado a mi esposo y un año después a mi hijo de 17 años y que por eso luego hayan fallecido mi papá y mi mamá!”, le requirió Ramona Padilla con voz temblorosa. A lo que Garavito respondió en voz baja: “yo tengo la culpa”.

Guillermo Blanquiset le preguntó: “¿cuándo me van a decir dónde está mi hijo?” y Garavito respondió: “Créame que no sé dónde está, pero apenas tenga esa información se la haré saber a la Fiscalía”.

En contraste, Calisto Miranda, líder de la región, dijo hablar en nombre de la comunidad: “No tenemos capacidad para guardar odios ni rencores y debemos concederle el perdón por muchas razones”.

Uno de los momentos más emotivos del acto público fue cuando intervino Melvit Kelsy, quien le hizo una exhortación: “usted solo ha estado mirando el piso, levante la mirada, no tenga miedo ni pena, yo lo perdono y todos lo perdonamos, difícil es perdonar, pero más duro es vivir con odio en el corazón”. Entonces Garavito respondió: “Tengo la mirada en el suelo por vergüenza, por el daño que les hice”. Y surgió un fuerte abrazo efusivo entre los dos, que conmovió a muchos.

Fue imposible para algunas víctimas contener las emociones. Varias personas lloraron solo con ver llegar al exparamilitar al recinto, otras no quisieron hablar en público porque dijeron tener mucha rabia aún.

La organización del acto público estuvo a cargo de profesionales de la Unidad para las Víctimas, tanto de Bogotá como de la territorial Magdalena, cuyo director, Jair Diazgranados, explicó: “con este acto damos cumplimiento a la medida de satisfacción contemplada en la sentencia del postulado Ronaldo René Garavito, quien vino a pedir el respectivo perdón”.

Bogotá, D. C. 4 de octubre de 2019

Por Diego Monroy. Unidad para las Víctimas.

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