Ginebra fue el escenario para que los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y Joe Biden, de Estados Unidos, se vieran frente a frente, en un encuentro que generó una gran expectativa mundial donde sellaron coincidencias pero dejaron las puertas abiertas para resolver las diferencias.

Por Luis Fernando García Forero.- Ginebra fue el escenario para que los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y Joe Biden, de Estados Unidos, se vieran frente a frente, en un encuentro que generó una gran expectativa mundial donde sellaron coincidencias pero dejaron las puertas abiertas para resolver las diferencias.

Ambos gobernantes expresaron que el encuentro y el diálogo fue “constructivo” y “positivo” pero a través de las declaraciones que dio cada uno en las conferencias de prensa, no se destacó, como se esperaba, un avance más allá que fortaleciera en corto o mediano plazo, progresos que enriquecieran las relaciones para el desarrollo de las dos naciones.

Fueron seis horas del encuentro programado donde conversaron cuatro, con sus respectivas comitivas y dos horas frente a frente a través del diálogo directo.

La expectativa de la reunión fue grande a nivel mundial después que el presidente Biden señaló a Putin como un "asesino". Todo fue lo contrario, los jefes de Estado se dieron un saludo cordial con un respeto mutuo.   

Un mismo lenguaje

Biden dijo que lo que menos quiere Putin es “una nueva Guerra Fria” y precisó que sí hubo desacuerdos pero no complejos. El presidente Putin dijo que el jefe de Estado norteamericano es un "estadista experimentado" y aseguró que ambos "hablaron el mismo lenguaje".

El presidente Joe Biden afirmó que había una expresa y genuina voluntad de mejorar las relaciones con Rusia, pero enfatizó que el tiempo establecerá si las dos naciones continúan avanzando en diálogos que permitan las mejores estrategias que consoliden más las relaciones entre los dos países.

El cara a cara personificado rompió el hielo y por eso acordaron restituir a los embajadores en Washington y Moscú. Los diplomáticos habían sido llamados a consulta el pasado marzo, después que EE.UU. acusara a Rusia de interferir en las elecciones presidenciales de 2020.

El presidente Putin se refirió a un acuerdo que lleve a un intercambio de prisioneros destacando que las partes podrían ceder con la participación de los ministros de relaciones exteriores de ambas naciones  para que analicen la posible liberación de prisioneros de alto perfil y se reúnan también para discutir sobre estrategias de seguridad conjuntas.

Armas nucleares y ciberseguridad

Los dos jefes de Estado acordaron que se iniciaría un diálogo sobre el control de armas nucleares. El presidente Biden expresó que Putin se había mostrado abierto a "ayudar" a Estados Unidos para que Irán no adquiriera más armas nucleares, así como también se mostró abierto a ayudar a luchar contra el "resurgimiento del terrorismo" en Afganistán.

Agregó Biden que coincidió con Putin para brindar seguridad a los habitantes de Siria y Libia insistiendo en la necesidad de establecer corredores humanos en territorio sirio “porque la gente se está muriendo de hambre".

 

Reunión de Biden y Putin

 

Uno de los temas más polémicos fue el de la ciberseguridad. Sobre ese aspecto los mandatarios informaron conformar un grupo de trabajo para desarrollar un entendimiento específico sobre los ataques cibernéticos y abordar la problemática según cada caso.

"Creemos que la esfera de la ciberseguridad es extremadamente importante para el mundo en general, incluyendo a Estados Unidos y Rusia en el mismo nivel", expresó Putin. Por su parte Biden dijo que su objetivo es mostrarle a Putin un listado de 16 sectores de infraestructura esencial en EE.UU. que deberían quedar "fuera del alcance" de los ataques cibernéticos.

 

Reunión de Biden y Putin

 

Diferencias

Cuando le preguntaron al presidente Putin sobre las restricciones en las libertades políticas en Rusia, el mandatario ruso abordó el asalto al Capitolio de EE.UU. el pasado 6 de enero diciendo que no quería que ese tipo de caos se desatara en Rusia.

Sugirió así que EE.UU. estaba silenciando a disidentes, en referencia a los arrestos de sospechosos tras el ataque en el edificio del Congreso. "Si hablamos de quién está matando a quién o encarcelando, la gente fue al Congreso de EE.UU. con exigencias políticas", señaló y agregó que "A más de 400 personas se les impusieron cargos criminales. Enfrentan sentencias de prisión hasta 28 años. Les están llamando terroristas domésticos".

Entre tanto el presidente Biden dijo en su conferencia de prensa, sobre el tema, que es una “comparación ridícula". Dijo que  "había delincuentes" intentando tomar el Capitolio de su país. "En Rusia, hay personas intentando manifestarse de manera pacífica que no tienen permitido hablar libremente", añadió.

Caso Navalny

Respecto al caso del líder opositor ruso Alexei Navalny, quien cumple una pena de prisión de dos años y medio, no hubo acuerdo. El presidente Biden recalcó que habría "consecuencias devastadoras" para Rusia si Navalny moría en la cárcel.

Durante la conferencia de prensa de Putin, el mandatario se negó a referirse a Navalny por su nombre y lo culpó de su propio arresto, afirmando que había regresado a Rusia desde Alemania pese a saber que había una orden de detención en su contra.

Biden dijo haber abordado el caso de Navalny así como el de otros dos estadounidenses "indebidamente encarcelados" en Rusia. "El punto es que le dije al presidente Putin que necesitamos tener reglas básicas que todos podamos obedecer", expresó.

Ucrania

Fue otro de los temas donde se destacó la fricción entre los dos mandatarios. Putin se mostró poco dispuesto a hacer concesiones sobre la creciente presencia militar de Rusia cerca de la frontera oriental de Ucrania. Acusó a Kiev de romper los términos del acuerdo de alto el fuego con los rebeldes prorrusos del este de Ucrania.

Biden, por su parte, le dijo a Putin que Estados Unidos mantendrá su "compromiso inamovible con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania".

Un encuentro para la historia que permite avanzar en mejorar las relaciones entre dos potencias y que ratifica que no está en el horizonte una “Nueva Guerra Fria”.

Bogotá, D. C, 17 de junio de 2021

Fuente: Agencias Internacionales

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