Por Luis Fernando García Forero. Foto SIG.- La derrota del Sí al plebiscito para refrendar los acuerdos de La Habana entre el Gobierno y las Farc y ponerle fin a más de cincuenta años de conflicto, consolidó el reencuentro de los dirigentes más importantes en estos últimos años de la política en Colombia y que se habían separado no sólo de la amistad, sino del poder, cuando lo compartían en las épocas de la seguridad democrática: Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos.
Lo que la dirigencia política y la Nación lo veían como un imposible, el tema de la paz los llevó a hacer las paces, con el objeto de salvar a Colombia de una situación político jurídica que tiene al país en la incertidumbre y con preocupación a la comunidad internacional.
No pasaron ocho días después de la firma del fin del conflicto entre el Presiente Santos y Rodrigo Londoño, máximo jefe de las Farc, en un acontecimiento lleno de emotividad y ante millones de personas en el mundo, cuando a los seis días siguientes, se desmoronó la ilusión de la paz.
La victoria por el No a lo pactado, a través del plebiscito, dejó en las tinieblas las 297 páginas del documento que recoge las bases entre las partes, para iniciar el camino de la reconciliación nacional, pero sirvió para acelerar el reencuentro entre Uribe Y Santos, con miras, como espera Colombia y el mundo, lograr una salida a la crisis del proceso de paz.
El ex presidente Álvaro Uribe empezó a calentar el ambiente del encuentro con el Jefe de Estado ante los medios de comunicación. Como buen comunicador, buscó la forma que le grabaran y filmaran el momento cuando le decía al Presidente Santos que estaría en Casa de Nariño este martes a las 11 y 30 de la mañana. Ya el senador Uribe había solicitado audiencia con el Presidente de la República.
El reencuentro le puso fin a un alejamiento de los dos personajes de la política nacional que estuvo cargado de odio, hipocresía e indiferencia, según fuentes cercanas a ECOS, pero que le abrió paso al nacimiento de una reingeniería político jurídica que permitirá salvar la reconciliación nacional.
Definitivamente el futuro de la nación exigió renunciar a las diferencias.
 
                     
						 
 